Ángel Gasperín, 45 años de pasión por la radio
Textos: Romina Santopietro. Fotos: Luis Cetraro y gentileza Ángel Gasperín.
“Cuando se enciende la luz roja en un estudio, se pone en juego algo de uno. Creo que eso se traslada. Cuando uno le habla a un oyente de pronto no se imagina que puede hablarle a miles de personas”.
Esta vocación comenzó desde muy joven, guiando las misas en los Agustinos Recoletos, o haciendo algunos actos en la escuela de comercio Domingo Silva.
“Un recordado profesor, el Dr. Julio Alberto Jeanney, fallecido recientemente, me llevó a fines de 1970 a que me tomen una prueba en LT10. Allí debuté profesionalmente el 25 de diciembre de 1972, por eso ahora se cumplen 45 años.
Ese día tuve mi primer reemplazo en LT10, fue mi regalo esa Navidad. En LT10 estuve hasta marzo de 1974. Fueron mis primeros pininos ahí, es donde me formé y donde trabajé al lado grandes profesionales, tanto en la parte informativa, como en la locución, operadores y personal administrativo, las chicas de la discoteca…”.
“En LT9 comencé el 5 de abril de 1974 y aun permanezco. Aquí tuve la oportunidad de soltarme un poco más y de aprender las facetas fundamentales de la profesión.
Durante mucho tiempo tuve el turno de la noche, lo que me posibilitó comunicarme con los oyentes. Es un horario donde la radio se escucha con mucha atención, donde uno tiene un cuidado especial,porque sabe que está acompañando a mucha gente que a esa hora trabaja, estudia o está viajando. Es apasionante el horario de la noche”.
“También en LT9 recorrí todo el espectro de la locución, la locución integral, comercial, de transmisiones deportivas, en informativos…”, recuerda Ángel.
“Esta profesión me ha servido para tener muchos amigos, para comunicarme con la gente. Y también me permitió trascender la propia radio, y participar en la presentación de eventos, de conciertos, tengo mucha comunicación con la comunidad italiana…”.
Vivir los cambios
El tiempo y la tecnología sin duda han afectado a todas las profesiones. “Creo que últimamente se destaca mucho la espontaneidad, la simpatía de una persona al frente de un micrófono. Yo me formé en otros tiempos, donde era necesario respetar el idioma, leer correctamente, tener conocimiento para pronunciar bien idiomas extranjeros. Creo que el público valora cuando alguien se dirige a ellos con respeto. En estos 45 años de profesión y contando 64, que todavía considero jóvenes, ahora comienzo otra etapa en las cual tengo muchos proyectos y sueños para prolongar esta pasión que hice mi profesión”, declara Ángel.
Trabajar en equipo
“Algo que quiero destacar dentro de la profesión es la gran función y la relación que uno establece con los operadores técnicos, porque sin ellos los locutores no somos nada. Se establece una complicidad, un gesto entendido, al lanzar un tema, una nota grabada, ellos son quienes entienden el ritmo que se establece y completan esta labor, ayudan y acompañan. Si hay un entendimiento fluido en el equipo de radio, el oyente indudablemente lo percibe”, afirma.
Los dos pilares profesionales
Ángel es Contador Público Nacional, carrera que desarrolló en paralelo con su pasión por aire. Se graduó en el ‘77 y realizó su trayectoria en la Ciencias Económicas, aunque no de manera completamente activa.
“He trabajado mucho en la administración pública, me especialicé en agronomía agropecuaria en el Ministerio de la Producción, estuve un tiempo en el Tribunal de Cuentas de la provincia también. Siempre estas dos actividades en paralelo. De ahí también mi predilección por los horarios nocturnos. Ahora trabajo de 18 a 24 y antes lo hacía de la hora 0 a las 5. Y los fines de semana leía las publicidades en las transmisiones de fútbol con Ricardo Porta y con Rodolfo Raviolo”.
Y dentro de la locución tiene una carrera integral, abarcando todos los matices.
“Para cada cosa hay una manera diferente, una manera distinta de colocar la voz, si bien no he sido 10 puntos en nada, humildemente creo que logré un 7 o un 8”, comenta entre risas.
Hitos importantes
Además de haber debutado ese 25 de diciembre en LT10, que fue un sueño cumplido, “también el haber trabajado en algunos actos de la colectividad italiana, cuando estuvo el presidente de Italia, cuando vinieron algunos ministros, y en Buenos Aires, donde presenté congresos y conferencias, siempre relacionados con la comunidad italiana, que es una de mis pasiones”.
Ángel tiene ascendencia italiana y también doble ciudadanía, argentina e italiana.
Otro de sus momentos preferidos en su carrera es cuando fue convocado para ser el maestro de ceremonias en los 100 años del Teatro Municipal: “Fue algo increíble. También fui convocado para los 100 años del club Unión, donde participé en varias actividades con otros compañeros y con un público diferente, pero también de manera masiva”, recuerda.
La impronta personal
Con los años, la manera de hacer radio se hace más precisa y personal, gana una impronta.
Gasperín asegura que en sus primeros años, una debilidad que superó es que cuando leía los boletines, a veces se tentaba de risa. En la actualidad, con marcado oficio, se anima a hacer algunos chistes al aire, para divertir a compañeros y oyentes.
“Desde 1994 estoy junto a Roberto Galé en un programa a la noche, ‘Un Cacho de noche’, y eso me ha permitido desarrollarme dentro de la actividad, pero también extenderme en algunas otras cosas, y aportarles mi personalidad. A veces, uno detrás de un libreto, de un texto o de un boletín informativo, tiene a estar más serio, más circunspecto. Y de pronto, cuando hay un ambiente más relajado, todo fluye más libremente. La radio misma ha cambiado. Antes se hacía una radio más formal, demasiado acartonada. Ahora todo es más espontáneo”, reflexiona.
Este cambio en la radio, para Ángel es como las dos caras de una misma moneda. Sostiene que es en parte bueno y en parte malo. “Por un lado es bueno, porque los tiempos han cambiado y hay mayor libertad para expresar la opiniones y ser uno mismo y por otro lado creo que hay cierto libertinaje en la utilización del idioma, o decir malas palabras. Me parece que el idioma es tan rico, que debería respetarse más. Y también es una forma de respetar al oyente, sin lugar a dudas”.
“Si no se puede evitar el exabrupto, nuestro idioma permite tantas maneras de expresarlo, sin acudir a las groserías. Siempre hay un recurso para evitar una grosería”.
En su salsa
Gasperín asegura sentirse más a gusto cuando le toca presentar un concierto y leer la biografía de músicos e intérpretes, de los autores clásicos o de algún director.
Y aunque se confiesa algo tímido, disfruta del feed-back que estas presentaciones y la cercanía con la gente le brindan.
“Siempre me pongo nervioso antes de una presentación. Y creo que está bien que así sea. Quiere decir que me sigue preocupando hacer un buen trabajo”, finaliza.
Autodefinido
Soy una persona bastante introvertida, pero cuando se enciende el micrófono, soy otro. Soy extrovertido totalmente. Soy una persona común, simple, trabajadora. Trato de huir a reyertas y discusiones, a veces cediendo un poco. Tengo perfil bajo. En esta profesión ser famoso no es sinónimo de ser buen profesional. Me considero amigable. Me hacen feliz mis afectos y mi trabajo. Me pone triste la violencia y el desamor. Que en un país tan rico como el nuestro y mal administrado haya gente que no tenga opciones o las mismas oportunidades que otras. Que haya niños que no tengan para comer. Estos 45 años de trayectoria son mi felicidad.
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