Trastienda febril de la pelea del Gobierno y la Unión Industrial
Cómo empezó la disputa. Por qué la Casa Rosada quiso calmarla. Cómo continuará.
El verano estaba caliente en Santa Fe. Y el jefe de los
empresarios manufactureros de esta provincia y vicepresidente tercero de
la Unión Industrial Argentina, Guillermo Moretti, llamó al mandamás de
la UIA, Miguel Acevedo, de la cordobesa Aceitera General Deheza, para
que los visitara y escuchara sus reclamos por caída del consumo y
aumento de la importación. Acevedo fue, también visitó Córdoba y reunió
en la UIA a los industriales bonaerenses.
El martes 6 de marzo se celebró una reunión de la Junta
Directiva de la UIA y durante más de cinco horas relataron sus males 70
hombres de negocios de todo el país. Adrián Kaufmann Brea, representante
de Arcor, mencionó que la importación de tomates subió de 500.000 latas
en 2015 a 30 millones en 2018. Hasta 2011 las exportaban a medio mundo,
pero después vino el cepo y una apreciación cambiaria aún irresuelta.
El presidente de Fiat Chrysler (FCA) y fiscal de Cambiemos en las
últimas elecciones, Cristiano Rattazzi, fue de los pocos que defendió al
Gobierno.
Pero la UIA optó aquel día por difundir un comunicado light.
El problema fue que la prensa filtró la calentura del sector
empresarial menos mimado por el Gobierno.
Las noticias enojaron al Ejecutivo y su vocero fue el
ministro de Producción, Francisco Cabrera. Los llamó “llorones” y negó
la queja de Arcor, una de las pocas compañías argentinas que ha logrado
internacionalizarse. Hasta Techint, feliz con el Gobierno por los
precios del gas en Vaca Muerta, quedó acusado por el precio de la
hojalata. Rattazzi admitió que algunos de sus colegas lloran, lo que
enfureció a casi todos. Macri felicitó a Cabrera por su reacción, pero a
los pocos días el jefe de Gabinete, Marcos Peña, llamó a una reunión de
pacificación En la Casa Rosada el 12 de marzo. En medio fue detenido
por 48 horas por presunta corrupción el ex presidente y actual
vicepresidente quinto de la UIA, Juan Carlos Lascurain. ¿Casualidad?
“Al Gobierno le es redituable pelearse con la UIA cuando la
inflación sube y la economía desacelera”, opina un dirigente fabril.
“¿Pero justo pelearte con una empresa exportadora como Arcor cuando
querés atraer inversiones? Por eso recularon”, plantea otro. Los líderes
de la UIA destacan las mesas sectoriales que creará el Gobierno. Otros
advierten que las de 2017 demoran en sus resultados: en Vaca Muerta aún
falta implementarse el acuerdo laboral y el plan Un Millón de Vehículos
despierta dudas.
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