Algunas de las encuestas que anticipan un ballottage entre Macri y distintos peronistas ya comenzaron a reflejar que, en esa hipótesis, Massa podría vencer al Presidente. por Jorge Fontevecchia ‘FRENEMIES’. Urtubey y Massa quieren ocupar el puesto de Macri en 2019






El cerco peronista Algunas de las encuestas que anticipan un ballottage entre Macri y distintos peronistas ya comenzaron a reflejar que, en esa hipótesis, Massa podría vencer al Presidente. por Jorge Fontevecchia ‘FRENEMIES’. Urtubey y Massa quieren ocupar el puesto de Macri en 2019. Son, literalmente, amienemigos. Foto: Cedoc Perfil Más noticias de columnistas Dar a pensar De una feria a otra Las páginas secretas de Ana Frank Catch Hay políticos que crecen en las encuestas cuando se callan y no aparecen. Es el caso de Cristina Kirchner, quien terminó comprendiendo que la mejor forma de aprovechar la caída de imagen de Macri por la crisis cambiaria era no salir a decir nada. Otro verborrágico, en parte por su ansiedad y en parte porque comparte con la ex presidenta una sintaxis oral que le permite hablar mucho y de corrido, es Sergio Massa. Algunas de las encuestas que anticipan un ballottage entre Macri y distintos peronistas ya comenzaron a reflejar que, en esa hipótesis, Massa podría vencer al Presidente. Faltan 15 meses para las elecciones pero la ronda de candidaturas empieza en agosto, después del Mundial Falta poco menos de un año y medio para las elecciones pero después del Mundial, a fin de julio, comenzará la campaña hacia 2019, primero dentro del peronismo, para posicionar y definir a quienes serán los precandidatos a las PASO del año próximo, de las que surgirá el competidor de Macri por el PJ. Y más tarde entre el PJ, Cambiemos y el kirchnerismo. El Gobierno apuesta a dos premisas: que la economía va a mejorar y que Cristina Kirchner será candidata, dejando al candidato del peronismo en tercer lugar para que, si hubiera ballottage, porque Cambiemos no superara el 40%, fuera frente a Cristina, así Macri podría ganarle casi en cualquier contexto. El peronismo tiene otros pronósticos: que aunque la economía mejore, hacia fin de año habrá mucha conflictividad porque las paritarias cerradas con el 15% de aumento empujarán a que la cláusula de revisión ante un aumento de la inflación no sea algo formal e inaplicable, como suponía el Gobierno cuando imaginaba para 2018 una inflación menor del veinte por ciento, sino, por lo menos en el ruido social, una nueva paritaria. También apuesta a que Cristina Kirchner no sea candidata a presidente en 2019 y termine negociando con el PJ –a cambio de que se le garantice que ni ella ni sufamilia irán presas– otro candidato que represente al espacio kirchnerista. Un candidato como Agustín Rossi, por ejemplo, que compita por Unidad Ciudadana, por afuera del peronismo, y que salga tercero. En ese escenario, si Macri no alcanzara el 40% en primera vuelta, tendría muchas posibilidades de perder en la segunda si tuviera enfrente, en lugar de Cristina Kirchner, a un candidato del peronismo no kirchnerista competitivo.De la Sota y Pichetto estarán cerca de los 70 años a fin del año próximo (son una década mayores que Macri) mientras que Urtubey y Massa estarán cerca de los 50 (una década más jóvenes que Macri), y compartir esa generación hace que ambos sean los probables finalistas de una ronda de candidaturas del peronismo. La pregunta es si ambos son excluyentes o existe la posibilidad de que se repartan el poder, uno en la provincia de Buenos Aires (Massa) y otro en la Nación (Urtubey), con un acuerdo de cogobernabilidad como le pedía Francisco de Narváez a Macri para ser uno gobernador y el otro presidente. Es probable que no se pueda cambiar la Argentina ni el peronismo sin cambiar la provincia de Buenos Aires, que representa el 40% de la mayoría de los indicadores del país, desde la población hasta el producto bruto. Y es probable, también, que no se pueda ganar la presidencia sin triunfar en la provincia de Buenos Aires porque, aunque en un eventual ballottage se vote solo para presidente y el gobernador ya haya estado elegido en primera vuelta, es probable que el peronismo no pueda aspirar seriamente a ganarle a Macri sin hacer una gran elección primero en la provincia de Buenos Aires, incluso por su propia interna, para no repetir lo de 2017, cuando Randazzo obtuvo poco más del 6% y Cristina Kirchner, el 37%. También el peronismo ve posible que María Eugenia Vidal sea candidata a presidente en lugar de Macri, facilitando la elección en la provincia de Buenos Aires pero dificultándosela a la presidencia. Vidal mide más que Macri y, de no mejorar la economía, es probable que tenga que ser la carta ganadora de Cambiemos para no arriesgar a perder el gobierno nacional y, en ese caso, para Massa podría ser más tentador ser el casi seguro gobernador bonaerense que el menos probable presidente. Otro argumento a favor de la no exclusión sino complementación de las candidaturas de Massa y Urtubey se apoya en la teoría de que para ganarle a Macri el peronismo precisa un candidato lo más parecido a él, y así cooptar a los desilusionados de Cambiemos. Se apoyan en una encuesta de Synopsis de marzo pasado, donde en un eventual ballottage Macri obtenía el 49% de votos contra Cristina, 43% contra Massa y 39% contra Urtubey porque, a pesar de que Cristina y Massa obtenían 2% más de intención de votos que Urtubey en la encuesta, los que aún no habían definido su intención de voto eran un 31% del total, que podían volcarse al candidato peronista según el contexto. Synopsis simplificaba el resultado diciendo que Macri solo le sacaba 8,7% de diferencia a Urtubey contra 10,1% a Massa y 16,9% a Cristina. Massa en provincia de Buenos Aires y Urtubey en Nación: ¿dejà vu de Duhalde con Menem y Kirchner? A favor de Cambiemos está que parte de la sociedad desconfiaría de la estabilidad de una cuasi copresidencia con un gobernador bonaerense con más poder territorial que el presidente. El peronismo de Córdoba con Schiaretti y el de Santa Fe, si triunfara otro peronista con credenciales de peso como Omar Perotti, podrían darle sustentabilidad federal a un presidente surgido de la provincia de Salta que tiene solo el 3% del padrón electoral. Menem, de La Rioja, y Kirchner, de Santa Cruz, también precisaron ambos del control bonaerense de Duhalde para llegar a la presidencia. Pero el paso del tiempo demostró que era imposible un poder con dos cabezas. Jorge Fontevecchia Cofundador de Editorial Perfil. (Fuente www.perfil.com). 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