El gran milagro del sol del 13 de octubre en Fatima
El 13 de octubre es una fecha clave en la aparición de la Virgen, en Cova da Iría. Nuestra Señora se les había aparecido a 3 niños pastorcitos, analfabetos, el 13 de mayo de 1917 por primera vez. El 13 de octubre de 1917 se les aparece la Virgen por última vez y los 70.000 concurrentes ven la “danza del sol”. El 13 de octubre de 1921 se permite por primera vez celebrar la Santa Misa en el lugar. Y el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima…Un mes antes, el 13 de septiembre, en la 5ª aparición, la Virgen María les pidió a los videntes que regresaran el 13 de octubre y les prometió que iba a hacer un milagro para que “todos crean”. El 13 de septiembre se llegaron a reunir unas 25.000 personas. Rezaron los pastorcitos el rosario, tras lo cual se repitió el relámpago y tras él la aparición de la Virgen que comenzó a dialogar con Lucía:
Quiero que vengáis aquí el día 13 de octubre. Y que continuéis rezando el rosario todos los días para alcanzar el fin de la guerra. El último día vendrá también San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo. Y Nuestro Señor bendecirá al pueblo.
Lucía le transmite los pedidos de curación de algunos enfermos, que Ella recibe satisfactoriamente.
Y prosigue la conversación:
– ¡Haga un milagro para que toda la gente crea que Ud. se nos aparece!
– Sí, en octubre haré un milagro para que todos crean.
Y la Virgen añadió:
– Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; llevadla sólo durante el día.
LA 6ª Y ULTIMA APARICIÓN
Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
– ¿Qué quieres de mi?
– Quiero que se construyan una capilla aquí en mi honor.
Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días.
La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares.
– Si, Si
– ¿Me dirás tu nombre?
– Yo soy la Señora del Rosario
– Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás?
– Algunas serán concedidas, y otras las debo negar.
Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados.
¡No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado!
– ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir?
– No hay nada más
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban oscureciendo el sol. Pero de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
“¡Miren el sol!”, gritó uno de los tres niños.
En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.
LO QUE VIERON LOS VIDENTES
Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco.
Sin embargo a Lucía nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova antes de dejar Fátima para ir a un internado de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios. Luego se le siguió apareciendo a través de los años.
Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol.
¿Cómo se vio?
RELATO DEl DIARIO ‘O SECULO’ DE PORTUGAL DEL DIA SIGUIENTE
(un periódico de Lisboa pro gobierno y anticlerical)Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado ya que no querían vencer el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjo un gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores más cercanos gritar: ¡un milagro! ¡un milagro! Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos tenían la cabeza descubierta, y buscaban ansiosamente algo en el cielo. El sol temblaba, hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las leyes cósmicas, el sol “danzaba” de acuerdo a las expresiones típicas de la gente. Había un viejecito parado en las escaleras de un ómnibus con su rostro volteado hacía el sol que recitaba el credo en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos. Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro.
La gente se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima. Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.
RELATO DE ‘O DIA’
(otro diario de Lisboa, edición 17 de octubre de 1917)
RELATO DE TI MARTO (PADRE DE JACINTA Y FRANCISCO)
Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía titilar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mí era que el sol no lastimaba nuestros ojos. Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.RELATO DE MARÍA CAPELINHA (UNA DE LAS PRIMERAS CREYENTES)
Se transformó todo de diferentes colores, amarillo, azul y blanco. Entonces se sacudió y tembló, parecía una rueda de fuego que caía sobre la gente. Empezaron a gritar “¡nos va ha matar a todos!”. Otros clamaron a nuestro Señor para que los salvara, ellos recitaban el acto de contrición. Una mujer comenzó a confesar sus pecados en voz alta, diciendo que había hecho esto y aquello. Cuando al fin el sol dejó de saltar y de moverse todos respiramos aliviados. Aun estábamos vivos y el milagro predicho por los niños fue visto por todos.RELATO DE UN PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE COIMBRA
Relación de los hechos que ofreció el doctor José Pröença de Almeida Garret, profesor de la Universidad de Coimbra y testigo ocular del prodigio solar de Fátima.ESTO NO ES UNA COMPARACIÓN TRIVIAL DE POESÍA BARATA. MIS OJOS ASÍ LO VIERON.
Durante el fenómeno solar que acabo de describir detalladamente, hubo en la atmósfera coloraciones impresionantes (…). Temiendo una afección en la retina -hipótesis poco probable, pues en tal caso no hubiera visto las cosas de color violeta-, cerré los párpados y los mantuve tapados con mis manos para interceptar la luz. Me volví y, abriendo de nuevo los ojos, observé que, como antes, el paisaje y la atmósfera seguían siempre con el mismo color violeta. La impresión que se tenia no era la de un eclipse. Yo he visto un eclipse total de sol en Viseu (…). Todas las personas parecían estar enfermas, afectadas de ictericia. Me sonreía al verlas tan feas y con tan mala cara. Oí que otros también se reían. Mi mano tenía el mismo color amarillo. OBSERVÉ TODOS ESTOS FENÓMENOS QUE ACABO DE CITAR Y DESCRIBIR TRANQUILA Y SERENAMENTE, SIN NINGUNA EMOCIÓN NI SOBRESALTO. A otros incumbe explicarlos o interpretarlos.
OTROS TESTIMONIOS
Agradecimiento a Joseph por habernos suministrado este hermoso material
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