Renacido: el seleccionado de las oportunidades se topó con una vida más
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BRONNITSY, Rusia.- El vestuario de la
Bombonera era un manojo de nervios. Cabezas gachas, mucha bronca. Los
jugadores estaban derrumbados, cabizbajos. Hasta que un dirigente de
alto rango de la AFA ingresó con la noticia que cambió el humor: el
paraguayo Antonio Sanabria había silenciado el Metropolitano Roberto
Meléndez, de Barranquilla, a los 92 minutos de un Colombia-Paraguay como
para el infarto.
La
selección
albiceleste se mantenía fuera de la zona de clasificación para el
Mundial de Rusia
, pero la remontada guaraní a falta de 10 minutos para sellar el
2-1 ponía a a los dirigidos por Jorge Sampaoli nuevamente en carrera. La
Argentina pasó de estar abajo del ring a subirse y tomar aire. Contra
las cuerdas, sí. Pero con la esperanza de un último golpe, más allá de
que los antecedentes cercanos no eran buenos: debía vencer a Uruguay y
empató, necesitaba un triunfo frente a Venezuela e igualó
inesperadamente, y para sacudir a Perú se eligió La Boca, donde hubo
tablas.
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Las novedades que llegaban desde Buenos Aires no sorprendían. La tarde después de la dura derrota frente a Croacia, un Islandia-Nigeria que se presagiaba intrascendente logró picos de 30,6 puntos de rating en la TV Pública. El partido que antes no tenía valor alguno se transformó en una "final del mundo".
¿Puede Argentina ganarle a Nigeria?: la opinión de la gente - Fuente: Télam
1:17La reunión en la última hora de ayer, tras analizar la derrota, fue por ese camino. Cerrar filas, mentalizarse y salir adelante como aquella vez en el Atahualpa de Quito. Gloria o adiós. No habrá término medio. Los que temían colgarse el cartel de "los jugadores que se quedaron fuera del Mundial" y aparecer en las fotos como "prófugos", como confesó Enzo Pérez, ahora no quieren ser la imagen de una salida en la primera rueda.
El tren pesimista que partió de Nizhny Nóvgorod desaceleró su marcha 20 horas después. Algo está claro: más allá de la respuesta que devuelva la calculadora, ahora se necesita una reacción futbolística. Un triunfo sobre Nigeria, como aquel de octubre frente a Ecuador, es la única opción. El seleccionado se jugará la clasificación en San Petersburgo, pero tendrá un ojo puesto en Rostov del Don, donde se enfrentarán Croacia e Islandia. "Que Messi se quede tranquilo. Nosotros vamos a ir a ganarle a Islandia y veremos si esto ayuda a la Argentina", prometió Luka Modric tras el 3-0. Hoy se conocerá a ciencia cierta cuál posición van a tomar los croatas, o al menos cuál intención: en la práctica empezarán a definir un equipo que, según se sugería anoche, podría estar integrado por varios suplentes.
Ganar y esperar otro resultado para avanzar. La única salida para un equipo que vuelve a depender casi de sí. El grupo de las tres finales perdidas, el de la clasificación agónica y el que ahora recibe una vida más gracias a Nigeria. Con un Messi que no muestra su mejor versión, todo parece cuesta arriba. Pero el fútbol vuelve a regalar una chance, la bala de plata para torcer lo que parecía sentenciado.
Por:
Javier Saúl
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