El Gobierno desplegó un fuerte sistema de seguridad para evitar que las protestas contra el FMI afecten al G20 de Finanzas
El Gobierno desplegó un fuerte sistema de seguridad para evitar que las protestas contra el FMI afecten al G20 de Finanzas
El presidente Mauricio Macri teme violentos incidentes como los de Hamburgo, en la cumbre del año pasado. 23 ministros de Economía, 14 presidentes de Bancos Centrales y la directora del Fondo, Christine Lagarde, se reunirán este fin de semana en le Centro de Exposiciones y Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires. Cómo será el operativo
Mauricio
Macri aún recuerda cuando su primera cita con Emmanuel Macron naufragó
por la batalla campal que durante el G20 de Hamburgo
protagonizaron cientos de militantes antiglobalización y las fuerzas de
seguridad de Alemania. Macri y Macron se iban a encontrar en el hotel
Mövenpick, a pocas cuadras de la cumbre de jefes de Estado, pero no
pudieron llegar por los enfrentamientos que se repetían al infinito en
las principales calles de Hamburgo. El
Presidente quiere evitar esos incidentes en Buenos Aires y ordenó que
se desplegara un cerrojo de seguridad alrededor del Centro de
Exposiciones y Convenciones, escenario del G20 de Finanzas que reúne a
la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine
Lagarde, al secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Steven Mnuchin,
y a los ministros de finanzas y presidentes de los bancos centrales de
las principales economías del mundo.
Al otro lado del sistema de seguridad, convocados
para marchar en contra del acuerdo con el Fondo, movimientos sociales y
agrupaciones políticas de la oposición trataran de llegar hasta las
narices de Lagarde, Mnuchin y sus colegas del G20 de Finanzas. Será una faena imposible: Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, diseñó un operativo concéntrico que incluye a miles
de policías y gendarmes que tienen un sola misión: evitar que los
manifestantes lleguen al Centro de Exposiciones y Convenciones que
cobijará a todas las delegaciones internacionales.
Para Macri no es problema que los movimientos sociales, las
agrupaciones de izquierda y ciertos sectores peronistas cuestionen su
acuerdo con el FMI. Pero quiere evitar que una batahola colosal afecte la imagen internacional de la Argentina.
El Presidente escuchó en Hamburgo como cuestionaban a Ángela Merkel y
su mecanismo de seguridad de la Cumbre, que sirvió muy poco para frenar a
los militantes antiglobalización que incendiaron autos, rompieron
vidrieras y enfrentaron sin temor a las fuerzas de seguridad de
Alemania.
En este sentido, la
primera línea de disuasión a los manifestantes estará integrada por la
Policía Federal y la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, complementada
por un puñado de drones que pondrán en vivo y en directo a la
movilización opositora. Esas imágenes estarán a disposición de
Bullrich y su plana mayor, que determinará la táctica de seguridad en
reflejo a las iniciativas que emprendan los militantes de izquierda y
los movimientos sociales. En la retaguardia, aguardando órdenes, se apostaran cientos de efectivos de la Gendarmería. Si no hay mayores incidentes, esta tropa se quedará inmóvil en sus puestos.
La única preocupación que había en Gobierno era que los militantes de
izquierda emprendieran una acción coordinada contra las vidrieras y los
autos estacionados en las cercanías del Centro de Exposiciones y
Convenciones, frente a la imposibilidad de avanzar hacia Lagarde y
Mnuchin. Bullrich no descarta que haya pintadas y mucha presión
sobre las vallas de seguridad, pero pretende evitar un enfrentamiento
directo con los manifestantes.
La ministra solo ejecutará esa táctica, si corre peligro la cumbre del
G20 Finanzas. Una decisión unilateral que depende de los organizadores
de la marcha contra el FMI, un puñado de líderes de la oposición que
apuestan a complicar al gobierno y a derrotar a Macri en las próximas
elecciones presidenciales.
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