Asado peronista
Sergio Massa con intendentes K: reconciliación, críticas a Macri y dudas sobre Cristina
Preocupación por la economía, tensión sobre la relación con la ex Presidenta y un No a la idea de desdoblar las elecciones de municipios en la Provincia.
El hombre llegó solo a la cita y vestido de traje.
Lejos de sus antiguos movimientos, rodeado de un importante entorno, el
jefe del Frente Renovador eligió un gesto austero ante sus compañeros
de cena.
Sergio Tomás Massa fue hasta la localidad bonaerense de Escobar -donde gobierna Ariel Sujarchuk- para compartir un asado con la veintena de intendentes peronistas que buscan un perfil propio y que hacen equilibrio entre Cristina Kirchner, los gobernadores y su compañero de cena de la noche de este lunes.
Ese grupo lo conforman los más importantes alcaldes peronistas del Conurbano quienes quieren mostrarse activos y con una equilibrada necesaria distancia entre Cristina, los gobernadores, Miguel Pichetto y su peronismo “racional” más el armado renovador de Massa.
En esta oportunidad, lo que sucedió fue una cena en Escobar: el anfitrión en Loma Verde fue el local Sujarchuk y en la parrilla ardieron los chorizos, las morcillas, el vacío y el asado, acompañados por un postre helado y un carnoso vino Luigi Bosca.
La lista de asistentes fue: Gabriel Katopodis (San Martín), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Alte. Brown), Juan Zabaleta (Hurlingham), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Julio Pereyra, quien ya no es más intendente de Florencio Varela pero que oficia como si lo fuera, en detrimento de su alfil Andrés Watson.
Intendentes Zabaleta, Insaurralde y Katopodis. Archivo Clarín
Ausente con aviso, fue el vice del PJ, Fernando Gray, quien en tres meses asumirá la conducción del peronismo bonaerense. Además de Massa, desde el Frente Renovador estuvo el intendente de Tigre, Julio Zamora, y los jefes comunales de Las Heras, Madariaga y Chascomús.
Las críticas al discurso de Mauricio Macri y las medidas anunciadas por Nicolás Dujovne, de ese día, fueron unánimes: “Es un gobierno encaprichado, encerrado en sí mismo”, se escuchó decir a Massa, ante lo que los intendentes sumaron el concepto de “qué discurso flojo el de Macri”.
Según uno de los participantes, la agenda económica se llevó el 70% de la reunión; ante eso, Massa talló con las opiniones de sus economistas como Marco Lavagna o Aldo Pignanelli.
Llegada la hora de la política interna peronista, Massa dio su versión del vínculo con los gobernadores (este martes los verá nuevamente en el CFI) y allí renació la idea de una confluencia de todo el peronismo en una sola opción electoral para 2019. El de Tigre fue prudente con las palabras y manifestó un acuerdo con “compartir un frente electoral con el peronismo”. De Cristina, poco y nada, para no molestar a alguno de los presentes, como el de Merlo Gustavo Menéndez, quien juega abiertamente con la ex Presidenta.
Pero luego de la interna, la economía y el tratamiento del Presupuesto 2019, Massa puso sobre la mesa la idea de un “desdoblamiento” de las elecciones de los municipios respecto de la elección de gobernador y de presidente: esto sería que en el mes de abril, se votarían los intendentes, separados de la elección provincial y de la de Presidente, que tienen fecha de PASO en agosto y de primera vuelta en agosto del año próximo.
Los intendentes que atacaban, en ese instante, el jugoso vacío, desdeñaron -con prudente elegancia- avalar esa idea que la gobernadora María Eugenia Vidal rechaza de plano.
De todos modos, Massa aceitó su relación con esta veintena de intendentes, caciques devenidos en un grupo con juego propio y coordinado, con Insaurralde como eventual líder o referencia en la eventual pelea por la gobernación bonaerense del año próximo.
Allí además se criticó -entre los intendentes- a la “prolija agenda judicial que programó el gobierno para el año que viene para Cristina”, como definió uno de los comensales. Ese momento sirvió para que otro de los jefes comunales del Conurbano para decirle a Massa que “no nos olvidemos que Cristina mide mejor que nadie en nuestros distritos y con esta crisis, subió un par de puntos”, según señaló otro de los presentes.
Allí, en Escobar, volvió a asomar la división entre quienes creen que Cristina “va a jugar” y los que están convencidos de que no será candidata, ni a Presidenta ni a Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, el año próximo.
Sergio Massa preparando asado
En 10 días habrá una nueva cita de este grupo y esperan sea luego de
una confirmación de citas que los intendentes desean tener en lo
inmediato: con el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, y con la
ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, hoy con mayor poder en
el armado ministerial de Macri.
El final de la cita conurbana fue entre frases sobre la economía (“Está feo de verdad”) con la clara manifestación de todos de apuntar a evitar cualquier alteración social para el mes de diciembre: “Ninguno quiere quilombo”, dijo uno mientras en un televisor del lugar se veían imágenes de Chaco, donde en un intento de saqueo, murió un joven de 13 años.
El asado, que finalizó a la medianoche, cerró con el relato de otro alcalde: “Mañana mismo me reúno con mi comisario y los jefes distritales. Y stockeo azúcar y harina para los merenderos. Esa es mi única preocupación”, deslizó mientras cerraba una jornada política que había comenzado con el discurso de anuncio del ajuste por parte del Presidente de la Nación Mauricio Macri.
Sergio Tomás Massa fue hasta la localidad bonaerense de Escobar -donde gobierna Ariel Sujarchuk- para compartir un asado con la veintena de intendentes peronistas que buscan un perfil propio y que hacen equilibrio entre Cristina Kirchner, los gobernadores y su compañero de cena de la noche de este lunes.
Ese grupo lo conforman los más importantes alcaldes peronistas del Conurbano quienes quieren mostrarse activos y con una equilibrada necesaria distancia entre Cristina, los gobernadores, Miguel Pichetto y su peronismo “racional” más el armado renovador de Massa.
En esta oportunidad, lo que sucedió fue una cena en Escobar: el anfitrión en Loma Verde fue el local Sujarchuk y en la parrilla ardieron los chorizos, las morcillas, el vacío y el asado, acompañados por un postre helado y un carnoso vino Luigi Bosca.
La lista de asistentes fue: Gabriel Katopodis (San Martín), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariano Cascallares (Alte. Brown), Juan Zabaleta (Hurlingham), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Julio Pereyra, quien ya no es más intendente de Florencio Varela pero que oficia como si lo fuera, en detrimento de su alfil Andrés Watson.
Las críticas al discurso de Mauricio Macri y las medidas anunciadas por Nicolás Dujovne, de ese día, fueron unánimes: “Es un gobierno encaprichado, encerrado en sí mismo”, se escuchó decir a Massa, ante lo que los intendentes sumaron el concepto de “qué discurso flojo el de Macri”.
Según uno de los participantes, la agenda económica se llevó el 70% de la reunión; ante eso, Massa talló con las opiniones de sus economistas como Marco Lavagna o Aldo Pignanelli.
Llegada la hora de la política interna peronista, Massa dio su versión del vínculo con los gobernadores (este martes los verá nuevamente en el CFI) y allí renació la idea de una confluencia de todo el peronismo en una sola opción electoral para 2019. El de Tigre fue prudente con las palabras y manifestó un acuerdo con “compartir un frente electoral con el peronismo”. De Cristina, poco y nada, para no molestar a alguno de los presentes, como el de Merlo Gustavo Menéndez, quien juega abiertamente con la ex Presidenta.
Pero luego de la interna, la economía y el tratamiento del Presupuesto 2019, Massa puso sobre la mesa la idea de un “desdoblamiento” de las elecciones de los municipios respecto de la elección de gobernador y de presidente: esto sería que en el mes de abril, se votarían los intendentes, separados de la elección provincial y de la de Presidente, que tienen fecha de PASO en agosto y de primera vuelta en agosto del año próximo.
Los intendentes que atacaban, en ese instante, el jugoso vacío, desdeñaron -con prudente elegancia- avalar esa idea que la gobernadora María Eugenia Vidal rechaza de plano.
De todos modos, Massa aceitó su relación con esta veintena de intendentes, caciques devenidos en un grupo con juego propio y coordinado, con Insaurralde como eventual líder o referencia en la eventual pelea por la gobernación bonaerense del año próximo.
Allí además se criticó -entre los intendentes- a la “prolija agenda judicial que programó el gobierno para el año que viene para Cristina”, como definió uno de los comensales. Ese momento sirvió para que otro de los jefes comunales del Conurbano para decirle a Massa que “no nos olvidemos que Cristina mide mejor que nadie en nuestros distritos y con esta crisis, subió un par de puntos”, según señaló otro de los presentes.
Allí, en Escobar, volvió a asomar la división entre quienes creen que Cristina “va a jugar” y los que están convencidos de que no será candidata, ni a Presidenta ni a Gobernadora de la provincia de Buenos Aires, el año próximo.
El final de la cita conurbana fue entre frases sobre la economía (“Está feo de verdad”) con la clara manifestación de todos de apuntar a evitar cualquier alteración social para el mes de diciembre: “Ninguno quiere quilombo”, dijo uno mientras en un televisor del lugar se veían imágenes de Chaco, donde en un intento de saqueo, murió un joven de 13 años.
El asado, que finalizó a la medianoche, cerró con el relato de otro alcalde: “Mañana mismo me reúno con mi comisario y los jefes distritales. Y stockeo azúcar y harina para los merenderos. Esa es mi única preocupación”, deslizó mientras cerraba una jornada política que había comenzado con el discurso de anuncio del ajuste por parte del Presidente de la Nación Mauricio Macri.
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