Presupuesto 2019: un gobierno que no renuncia a sus prioridades y convicciones
Maximiliano Abad
Los presupuestos dicen mucho de quienes los diseñan. Se suele llamar a
la ley que aprueba el presupuesto la ley de leyes, porque las dos
funciones principales del Poder Ejecutivo son inseparables, no se puede
gobernar sin administrar recursos. Eso es, ni más ni menos, lo que
estamos discutiendo por estos días en la provincia: la posibilidad de
que el Gobierno pueda gobernar.
Decía que los presupuestos reflejan a quienes los elaboran porque no son solamente una asignación de partidas, son también una demostración de prioridades y de convicciones,
como también sucede en una casa de familia: decidir el destino de los
recursos domésticos es una radiografía de los jefes y jefas del grupo
familiar, del futuro que proyectan para para sus hijos o para cada
integrante de la casa. Los recursos siempre son escasos y administrarlos
es una necesidad económica, pero también una decisión ética.
Cuando se administra un Estado es fundamental tener un plan de
objetivos y ordenar todo el esfuerzo para conseguirlos. Esto es lo que
expresa el proyecto de presupuesto 2019 que presentó la gobernadora
María Eugenia Vidal esta semana en la Legislatura bonaerense: una
ratificación de los objetivos propuestos al comienzo de la gestión y la
demostración de que solamente habiendo hechos las cosas bien durante los
últimos tres años se puede enfrentar un tiempo de tormenta
macroeconómica sin renunciar a las prioridades iniciales del Gobierno.
El
proyecto presentado sostiene la palabra empeñada con los bonaerenses:
impulso de la obra pública, fortalecimiento de la inversión social y
lucha contra la inseguridad. Y esto no es una declamación, es
el centro del compromiso de nuestro Gobierno con los habitantes de la
provincia: siete de cada diez pesos en este presupuesto están destinados
a políticas de mejoras en desarrollo social, educación, salud,
seguridad, jubilaciones y pensiones.
Con cuentas ordenadas es posible no postergar la obra pública.
El 6% del total de las inversiones de la provincia para el 2019 son
para continuar la transformación de la infraestructura en terreno
bonaerense, lo que implica una inversión de 55 mil millones de pesos que
se traducen directamente en calidad de vida para los vecinos. Y este
principio es irrenunciable para el Gobierno, y para eso será el
financiamiento externo, porque no se puede volver al atraso, a la
postergación. Por eso, al hablar de deuda, primero hablemos de la deuda
social que sufrió la provincia desde hace tantas décadas y que es un
imperativo moral resolver.
En ese camino se insertan las áreas priorizadas para todo el período
2015-2019 y que este presupuesto respeta: la promoción y asistencia
social alcanzará un incremento del 412% en todo el período; la obra
pública, un 307%; la seguridad social, el 235% y la inversión en salud
crecerá el 214 por ciento. En esto no hay opiniones, hay datos y números
objetivos que marcan el contraste con el pasado.
Por eso, los presupuestos hablan mucho de quienes los diseñan, y este
no es la excepción. Un gobierno que da la cara a los vecinos y habla
siempre con la verdad, mostrando el resultado de una administración
responsable y sosteniendo las mismas convicciones que siempre
sostuvimos: eso es lo que está diciendo este proyecto presentado por
María Eugenia Vidal al Poder Legislativo bonaerense.
El autor es presidente del bloque Cambiemos de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.
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